Puede decirse que la teoría del aprendizaje por descubrimiento tiene sus raíces en la filosofía socrática. Para Sócrates las personas ya vienen con todos los conocimientos al momento de nacer, pues para Sócrates aprender era solo recordar. Su metodología no consistía en darle a sus discípulos las respuestas, sino más bien en hacerles reflexionar sobre diversas cuestiones a través de preguntas dirigidas (Arias, 2001). De ahí que su método se conoce como mayéutica (hacer parir ideas) y su visión del aprendizaje se conoce como la teoría de la reminiscencia, que asumiría también Platón.
En 1956 Bruner, Goodnow y Austin (2003) realizan sus
clásicos estudios sobre la adquisición de conceptos, que serían considerados
como una de las investigaciones que apuntalaría el desarrollo de la psicología
cognitiva. En 1961, Bruner da a conocer su teoría del aprendizaje por
descubrimiento, según la cual el aprendizaje significativo se contrapone al
aprendizaje memorístico, lo cual supone promover la comprensión en vez de la
memorización (Bruner, 1961). Para ello es fundamental fortalecer la estructura
cognitiva que no es otra cosa sino una red de conocimientos conectados (Arias,
2008).
Según Ausubel, la teoría de Bruner es poco viable porque no todo conocimiento es descubierto por uno mismo, ya que en la mayoría de los casos es necesaria la intervención directa del profesor. Además, el aprendizaje por descubrimiento no conduce indefectiblemente a la organización, transformación y empleo del conocimiento como un producto ordenado e integrado. Tampoco considera que los métodos inductivos sean los más eficaces para la enseñanza, ni que la significatividad del aprendizaje sea exclusivamente una forma derivada del aprendizaje por descubrimiento (Ausubel, Novack y Hanesian, 1976).
Lo que hace que un contenido sea más o menos significativo
es su grado de inserción en otros esquemas previos, por ello es fundamental que
la data se presente de manera organizada y articulada con diversos tipos de
información. Así pues, algunas estrategias de enseñanza para favorecer el
aprendizaje significativo son los esquemas, los mapas conceptuales, los
resúmenes, las preguntas, las analogías, la retroalimentación, los glosarios, las
redes semánticas, etc. (Fernández, 2006).
Para Bruner, el significado es producto del descubrimiento
porque el descubrimiento es fuente de motivación por sí misma, pero requiere
también de entrenamiento heurístico, pensamiento crítico y la organización
eficiente de lo aprendido (Baro, 2011). Mientras que Ausubel plantea un
aprendizaje en términos de conocimiento jerárquico, Bruner lo hace en un
esquema en espiral. De ahí que plantee la implementación del currículo en
espiral donde los conocimientos en niveles inferiores de enseñanza, se vuelven
a tocar en los niveles superiores pero con mayor complejidad (Bruner, 1968).
Pero además de ello, la manera de organizar el conocimiento implica ciertas
discrepancias, pues mientras se reconoce tres tipos de aprendizaje por
descubrimiento, como son el inductivo, el deductivo y el transductivo; en la
teoría del aprendizaje significativo, se plantean tres formas de organización
del conocimiento: subordinada, supraordinada y combinatoria (Reibelo, 1998). Es
decir que mientras en la teoría de Bruner el profesor es un guía que orienta a
los estudiantes interviniendo lo menos posible, en el caso de Ausubel, el
profesor sigue teniendo un rol protagónico, con la salvedad de que se basa en
los saberes previos de los estudiantes y organiza todo el conocimiento según
las categorías de subordinación propias de cada temática.
Fuente consultada:
Arias Gallegos, Walter L., & Oblitas Huerta, Adriana
(2014). Aprendizaje por descubrimiento vs. Aprendizaje significativo: Un
experimento en el curso de historia de la psicología. Boletim Academia Paulista
de Psicologia, 34(87),455-471.[fecha de Consulta 9 de Febrero de 2021]. ISSN:
1415-711X. Disponible en:
https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=946/94632922010
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